Abril y mayo. Dos meses. Sesenta días en los que Sevilla vive una estación para la que se prepara durante todo el año. En la Sevilla que no se ve, la de todo el año, son numerosas personas las que ansían la llegada de época que en Sevilla tiene un color especial: la primavera. Y es que la primavera es una estación que en Sevilla se hace notar especialmente.
A finales de marzo o principios de abril, la ciudad experimenta la eclosión de este periodo de alegría y color con el inicio de la Semana Santa, días en los que el sentimiento y el duelo de un pueblo se materializan en diferentes expresiones que van desde el dolor hasta la alegría. Y esto es algo que exclama especialmente a la atención de los turistas que desde esas fechas llegan a la ciudad buscando hotel en Sevilla para pasar unos días.
Dos semanas más tarde Sevilla se transforma, y sustituye la pena por la alegría con un suave movimiento, como el de un capote torero. Llega la Feria de Abril, que lo impregna todo de fiesta y alegría. Sevilla se abarrota de mujeres vestidas de flamenca, coches de caballos y copas de vino, dando el pistoletazo de salida ya definitivo a esta temporada tan ansiada por los sevillanos.
Y, tras esta semana efímera, que igual que viene se va sin dejar rastro físico pero sí emocional, llega mayo. Es en este mes cuando todo encaja: el ambiente se relaja tras el frenesí de visitantes y turistas, y se puede disfrutar de la ciudad con más calma. Pero Sevilla sigue de celebración. Ahora en el pensamiento está El Rocío –una romería que se celebra en Huelva a la que asisten personas de toda Andalucía y que en Triana tiene un arraigo especialmente fuerte–, y se viven momentos de fiesta prácticamente cada día que no dejan de sorprender y extasiar a los ojos del visitante. Ver cómo los vecinos le cantan y le rezan al Simpecado mientras se prepararan para la romería; disfrutar del ambiente de un bar, de la gastronomía típica de la región o de una copa en la terraza de un hotel en Sevilla gozando de las vistas; dar un paseo en barco atravesando el Puente de Triana, o pasear por las calles y los jardines de Sevilla, que en mayo rebosan flores y aromas.
Para ello es fundamental encontrar un buen alojamiento, con fácil acceso a las distintas zonas de la ciudad, como el Hotel Ribera de Triana, ubicado a la orilla del Guadalquivir en el barrio de Triana, ofreciendo una vista única e inigualable de la ciudad y el río. También es aconsejable preguntar en tu hotel en Sevilla acerca de los planes culturales y de ocio que se desarrollan en la ciudad durante esta época, que suelen ser mucho y muy variados, con el flamenco como principal atracción.
Así que ya lo sabes. Si quieres conocer Sevilla, no tengas duda de que en primavera te puede ofrecer su cara más coqueta y encantadora. Descubre lo que Sevilla está dispuesta a ofrecerte.