Córdoba, ciudad Patrimonio de la Humanidad, declarada así por la UNESCO, se erige como el corazón de Andalucía en el centro mismo de la comunidad autónoma, parada obligada en el camino de quienes desean conocer el alma de nuestra tierra.
Con uno de los Cascos Históricos de mayor dimensión de toda Europa, Córdoba muestra al visitante su pasado histórico de convivencia de distintas culturas y su presente labrado por gentes abiertas para ofrecer al visitante lo mejor de sí mismos.
El rico patrimonio histórico de Córdoba, con su pasado árabe, judío y romano, dibuja un recorrido por toda la ciudad para adentrarse en las diversas culturas que han hecho de la capital cordobesa ejemplo de convivencia, diálogo y tolerancia durante siglos.
La Mezquita-Catedral, el barrio de la Judería, la ciudad califa! de Medina Azahara, el Alcázar de los Reyes Cristianos, el Puente Romano y la Torre de la Calahorra, la Sinagoga, el Templo Romano o las Iglesias Fernandinas son sólo algunos ejemplos tangibles de la rica herencia que las distintas culturas han ido dejando, como poso de lo mejor de cada civilización.
Pasear por Córdoba para descubrirla, perderse entre sus callejas y dejarse llevar por los sentidos puede resultar la mejor de las guías para conocer nuestra ciudad. Los olores de las flores que pueblan cada patio, cada calle, cada plaza; el sonido del agua que en fuentes y acequias jalonan el paso del visitante, o la luz del atardecer que ofrece una fotografía espléndida de Córdoba, son certeras flechas de Cupido que hacen que el visitante se enamore de la ciudad.
La ciudad de los sentidos, la ciudad de las ideas, como la denominó el guitarrista Vicente Amigo, la ciudad que se presenta al visitante con distintos ropajes para que, en cada momento, le acompañe en su visita de la mejor forma para adentrarse en ella, conocerla, y disfrutar de su esencia tal y como es. Pero Córdoba se abre al visitante no sólo para ofrecerle su patrimonio histórico, sino para regalarle también calidad y singularidad a quienes además buscan
en ella otra forma de vivir y convivir. Sus gentes, son el patrimonio intangible más rico que la ciudad puede ofrecer a quienes la visitan. Y con ello, una manera distinta de entender la vida, de abrir las puertas de la ciudad a quien se asoma para descubrirla una primera vez y quien, siempre ocurre, nos visita en repetidas ocasiones para retomar su aliento.
A quienes además de monumentalidad buscan la singularidad en el día a día de la ciudad, Córdoba les abre el apetito con una gastronomía rica en sus productos y rica en sus formas, donde las recetas de civilizaciones anteriores y la tradición popular se auna en un sinfín de tabernas y restaurantes que acompañan al turista en su visita a la ciudad.
Esa tradición está acompañada por un despegue en los últimos años de grandes y jóvenes cocineros que, aprovechando lo mejor de las recetas antiguas y populares, han sabido innovar entre los fogones, apostar por la calidad y la sugerencia, y poner así a Córdoba también en primera línea de la cocina española. Sabores y olores de platos, tabernas y restaurantes que regalan al paladar y a la mirada placeres que bien merecen ser repetidos.
Y junto a todo ello, el visitante encuentra la diversidad de apuestas culturales con eventos de calidad a lo largo de todo el año. El Festival Internacional de la Guitarra, el encuentro de poetas de todo el mundo en ‘Cosmopoética’, el festival artístico Eutopía, las Noches de Embrujo, las tradiciones culturales en Semana Santa, culminando todo ello con nuestro Mayo Festivo con sus Cruces, sus Patios, sus Romerías y su Feria, jalonan el año para que tanto visitantes como cordobeses puedan disfrutar de una rica agenda cultural y de actividades en nuestra ciudad.
Nuestra forma de vivir y convivir hace de la calle y los espacios públicos una proyección más del hogar. En la calle se comparten experiencias, se viven otras nuevas, se disfruta de espectáculos, de la gastronomía, de eventos de todo tipo, de los paseos y, sobre todo, de las gentes. El visitante se sumerge en esa dinámica y es así como vive realmente nuestra ciudad.
De esa forma, patrimonio y actividades culturales y de ocio se unen para llenar de contenido los 365 días del año y son, en suma, el principal argumento para la candidatura de Córdoba a ser designada Ciudad Europea de la Cultura en 2016.
La conservación de la herencia del pasado histórico y la apuesta decidida por un presente y un futuro donde todas las percepciones posibles de la cultura tengan su lugar en nuestra ciudad, conforman una firme candidatura para conseguir este objetivo, del que también forma parte quien visita Córdoba y apoya con su presencia y su disfrute esta propuesta.
Con todo ello, sólo queda esperar al visitante. Las puertas de la ciudad permanecen abiertas. Sus calles, sus gentes, su pasado histórico y su presente transformador se muestran abiertamente para dejarse conocer poco a poco, con el tempo necesario que adentrarse en nuestra ciudad requiere.
La mejor de las experiencias le espera en Córdoba, ciudad de encuentro donde, a buen seguro, siempre tendrá su casa y el espacio para el descanso y el disfrute que todos anhelamos.